En la guerra no siempre el objetivo es destruir al ejército enemigo, matar a sus soldados o acabar con sus carros, aviones... Por ello se buscan otros objetivos que debiliten al enemigo, a su capacidad productiva, economía o moral.
El arma que vamos a ver es una de las más originales, sencilla e imaginativa.
Y por supuesto, no parece peligrosa, que tipo de arma es???
Pues bien, los ingleses decidieron atacar a la capacidad industrial del Reich y ya que gran parte de ésta estaba oculta o bajo tierra y ya había sido bombardeada... tuvieron una idea que era atacar las presas del Ruhr. En esta gran zona industrial además se encontraban varias presas con saltos de agua para producir energía eléctrica. Si atacamos las presas les dejamos sin agua ni luz, además de anegar grandes superficies.
Pero ¿cómo se puede atacar una presa? Es un objetivo pequeño para un avión e inmenso para unos comandos, que en caso de llegar y no ser vistos, al ser construcciones de piedra u hormigón necesitarán gran cantidad de explosivos colocados en lugar adecuado.
Alguno diría pues con torpedos... pero un pantano no siempre tiene la forma adecuada para este tipo de ataque y en todo caso el torpedo impactará muy arriba de la presa, cuando la máxima presión del agua esta abajo.
La solución técnica era colocar una bomba dentro del agua justo en la pared de la presa y profunda, pero para ello no es posible utilizar un bombardero en picado ni unos de vuelo horizontal.
¿Cómo hacerlo?
La solución se le ocurrió a un científico británico: igual que las piedras lanzadas al agua horizontalmente rebotan y dan varios toques en el agua, conseguir una bomba que al lanzarla horizontalmente rebotase en el agua y llegue a dar con la pared de la presa para allí, justo allí, hundirse suavemente y hacer explosión.
La presión del agua hará el resto y reventará la presa.
Os presento a la bomba del Dr. Wallis:
Una bomba que al ser lanzada a una cierta altura calculada y a una velocidad del avión que la lleva, consigue rebotar en la superficie del agua y llegar hasta el muro de la presa.
Para conseguir que el piloto vuele a baja cota y consiga la altura deseada (19 metros aproximadamente), se instalaron dos haces de luz en el avión a proa y popa, de modo que si se hace coincidir el punto en el que convergen los dos haces de luz como una triángulo, con la superficie, en este caso del agua, el avión vuela a la altura deseada. También el lanzamiento debía hacerse a una distancia exacta de la presa: unos 370m.
De esta forma fueron atacas con éxito y por tanto destruidas las presas del Eder y Mohne por 16 bombarderos Lancaster del 617 escuadrón en mayo de 1943. De ellos 8 se perdieron derribados por la Flak.
Las bombas de las fotos se encuentra en el museo de Koblenz, Alemania.
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